Nuestro laboratorio estudia los mecanismos celulares y moleculares involucrados en la generación y mantenimiento del dolor crónico, evaluando posibles estrategias terapéuticas que permitan llevar alivio a los pacientes. El dolor es un proceso fisiológico beneficioso para el organismo ya que actúa como una señal de alarma que permite detectar la presencia de una lesión y tomar acciones dirigidas a proteger el tejido afectado y a evitar daños mayores. Sin embargo, cuando el dolor se hace persistente deja de actuar como señal de alarma y pierde su función protectora. El dolor permanente, intenso y agobiante, se acompaña por alteraciones del sueño, ansiedad y depresión, afectando severamente la calidad de vida. La generación de dolor crónico que ocurre como consecuencia de lesiones o enfermedades del sistema nervioso se denomina dolor neuropático. Lamentablemente los mecanismos que instalan el dolor neuropático no se conocen con exactitud, y tampoco existen terapias totalmente efectivas para su tratamiento. Esto constituye un verdadero problema para la salud pública, generando severos padecimientos en los individuos afectados, una amplia gama de consecuencias socio-económicas y un auténtico desafío para la investigación biomédica. Por lo tanto, desarrollar nuevas estrategias y/o identificar blancos moleculares novedosos que permitan tratar eficazmente el dolor persistente constituye el principal objetivo de nuestro trabajo.