El Instituto de Biología y Medicina Experimental fue fundado el 14 de marzo de 1944 por el doctor Bernardo A. Houssay, siendo cofundadores los doctores Eduardo Braun Menéndez, Oscar Orías, Juan T. Lewis y Virgilio G. Foglia. La primera sede del Instituto se ubicó en la calle Costa Rica 4185, en el barrio de Palermo.

El profesor Houssay concibió crear un instituto de investigaciones sin fines de lucro, dedicado al estudio de problemas básicos en medicina y biología.

Los fundadores

De izquierda a derecha: primera fila desde abajo, Eduardo Braun Menéndez, Oscar Orías, Bernardo A. Houssay, Juan T. Lewis (Fundadores). Segunda fila, Carlos Martínez, Roberto Pinto, Virgilio G. Foglia (Fundador). Tercera fila, José G. Sara, Antonio Bernárdez. Cuarta fila, sin datos.

Sostenía el Dr. Bernardo Alberto Houssay

«Este Instituto es una de las iniciativas más importantes realizadas en nuestro país, para establecer un centro de investigaciones científicas desinteresadas, de carácter privado e independiente de los recursos y la dirección del gobierno o de sus dependencias (…) Estamos convencidos que este Instituto debe tener vida permanente, para lo cual deberán hallarse recursos y asignarle un personal competente y consagrado»

Memoria del Instituto de Biología y Medicina Experimental, Impresora Amorrortu, Buenos Aires, 1945.
Extraído de “Bernardo A. Houssay su vida y su obra 1887-1971”, Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

El Instituto fue la primera organización dedicada a la investigación científica en la Argentina, el mismo fue estructurado siguiendo las líneas del Rockefeller Institute for Medical Research (actualmente Universidad Rockefeller de Nueva York, EE.UU.) y del Instituto Pasteur de París.

Los Fundadores

Primera sede del Instituto

La generosa intervención del Dr. Miguel F. Laphitzondo y otros, en memoria de Juan B. Sauberán, posibilitó el establecimiento del Instituto. La primera sede fue una casona en la calle Costa Rica 4185 del barrio de Palermo. El garaje situado en la esquina y separado de la casa por un jardín cubierto de arbustos y árboles, se transformó en bioterio central. En el piso superior se construyeron tres laboratorios, en el central, el comedor se transformó en biblioteca y sala de lectura, y hubo espacio suficiente para otros tres laboratorios y dos escritorios; y en el sótano, la cocina fue convertida a laboratorio de histología y la bodega fue adaptada como bioterio secundario.